LOS DELIRantes
“Atraviesan la mente como el coro de saxofones de casas y años.”
-Allen Ginsberg-
Los Huesos Secos
El peso de nada golpea como un puño
a nadie,
separa los ojos de la mano
y la hace errar,
la mano nos condena.
Los huesos entonces son
cuerdas horrendas de un violín
que percute solo
y deja de ser símbolo ni música
ni talla ni madera y delira
atado a una cinta funesta
y nosotros estamos justo,
exactamente,
perdidos en el odio,
desvalidos
y golpea y golpea
como un resto torcido y días después
el puño reniega de la mano.
Si la dejáramos hablar
escucharíamos velas,
transatlánticos, vientres,
boas oprimiendo mandíbulas,
escombros
y sobre todo,
lo desvalido de la ira.
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