Leye Metálicas
La Ley De Los Ojos
Las membranas giratorias
del llanto vivo y más vivo,
lo violado ennegrecido y el derecho de llorar,
la cadena perpetua arrancando
tus manos,
tus árboles,
los lobos,
la estructura ferrícola e inmemorial,
el ejército que es el tiempo.
El reino de los que guardan estertor y silencio,
tu corona de esquirlas sangrando en mis oídos,
adentro,
muy adentro,
donde mi pecho sostiene
tu alma que regresa
de su jardín de espectros.
¡Rey de tu soledad,
lo que vacila es Dios
aplastado por su fe!
La Ley Del Sol
Y no bastaba el pie ni lo azulado de los gritos
ni esta fisura en la guadaña
ni la tristísima blancura de tu garganta
desmesuradamente abierta
rezando en columnas de credos,
emponzoñando tus pulmones
y el mundo había sufrido mucho
y moría,
moría
y el mundo estaba roto.
La Ley De La Verdad
Y te busqué por los confines de la Tierra
y una llama que ardiera
y un pozo que rigiera
los cielos de las aguas
y un arriba
más alto
y mi palabra abordando las cosas.
Y los fonemas Majestad
y la letra Primera de tu nombre extraído de una Silla
y hacía reptar a los caballos
y las estatuas
se diluían en tu sangre
irreparable y roja.
La Ley Eternidad
Y te llevé a volar por las caídas del verano
y te amé y estuvimos y fuimos
los hijos de la hierba
y en los labios de aquella juventud
rodábamos,
y despertaron las esfinges.
E intercambiamos dedos
y asaltamos el Reino De La Muerte.
Y AHORA
es el dolor del polvo
buscándose,
buscándolo,
buscándonos.
La Ley Del Latón
Y tu casa es un sable y entramos en la plaga del titanio
y esta calle es un perro
y el regimiento es el azufre
y la noche suplica piedad.
Y somos como el hierro los ojos que se doblan
y amanece otra vez y son falsos los libros
y estoy doblando tus armarios
y no puedo quitar de mi cabeza
ni mi cabello ni esta sombra que abate la luz
y estos hombres son pinos
y este verso es letal.
La Ley Del Metal
Y descompongo el adjetivo
y canta
y los telediscursos
son madres que han prendido su vientre
y hay asesinos que envilecen
todo lo que no pueden
comprar.
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