La Soledad No Existe
Remedios Varo, La Llamada
¡Qué miedo de usar palabras
otra vez!
¡Crear, creer
terminar, convencer!
¡Estar terriblemente ciertos, querer después sustituir
terriblemente por
tiernamente
y entrar en pelea con el lenguaje!
Mirar alrededor y estar muy solos
y afirmar la distancia,
que lo que en realidad es, es un deseo físico de prolongar los brazos,
estirarlos hasta hacerlos aparecer,
apoyarlos en tu silla.
Abandonar por incredulidad, por sueño, por intangible.
¡Qué miedo de no encontrar manera!,
quizás salirse del papel, traerse demasiado, hacerse un mentiroso
o una mentirosa,
creer en los demás porque son mayoría,
ahora parece que me lo creo
ahora parece que no me lo quiero creer.
¿Miedo de qué?
De seguir el soborno.
Estuviste todo el rato repitiendo lo mismo, yo con lengua de trapo, tú
como títere de cartón, los dos con lengua telaraña.
Estuviste todo el rato reiterando lo mismo, podríamos no estar
aquí,
podríamos ser
ficción, podría
no haber nada que nos defienda
y acabar
siendo nosotros –inéditos- en una página,
nadie lo notaría, ¿cómo lo iban a notar?.
Acordemos al menos los relojes, usemos la misma silla,
¡qué miedo de avanzar, descubrir, encubrir
porque se trata de palabras,
volver a equivocarse con la edad, con la intención!.
¿Miedo de qué?
De que se cierren las compuertas. De estar sellados. De estar en libros.
De la lección.
De las Contraportadas. De las Contraventanas. De las Compuertas.
De entrar al cuerpo como el que ahonda un barco,
sumergirse,
llenarse de formas de mirar.
Miedo de que de pronto desaparezca el fingimiento, que se abra paso la verdad, miedo de abrir lo escrito, que cruce un ave por el renglón,
que no se mueva la vela,
que no se entorne la ventana,
que no aparezca pronto tu mano,
que no haya tierra en el pasillo,
que no caiga tu abrigo, que nunca baje del perchero,
de que no haya llovido mucho
y que no te hayas mojado.
Miedo de que no vayas a venir, de que no quiera verte,
miedo de estar diciendo esto que digo,
que sea extraña la canción, que sea enorme el mantel,
que se haga plástico,
que no me encuentre tu memoria.
Miedo de que la carretera, de que adentro, de que el coche, de que no pase
un
lago
entre las ruedas,
que no haya un sol en el volante, que no cuadre la música,
que sean prescindibles los poemas,
que se Eternice la eternidad,
que no haya nadie en la pared.
12/03/2006, 5:44:14
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